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El amor aparece si te sientes segura

“Si no te sientes segura, el amor no puede aparecer”


¿Qué debes fomentar para propiciar una relación saludable?


Tu Sistema Nervioso Autónomo pasa por diferentes estados:

- Socialización-calma. Estado en el que puedes sentirte a gusto contigo misma y con los demás.

- Lucha-huida. Si te encuentras aquí probablemente quieras luchar o huir. En este estado no te sientes segura, y no puedes mantener una conversación relajada.

- Congelación. Aquí puedes sentir que no estás en el momento presente, que te disocias, y que estás fuera de la realidad. También puede ser que te encuentres sin fuerzas para hacer cosas, “sin energía”.


Dependiendo de en qué estado te encuentres, tus acciones, pensamientos y emociones serán unas u otras. También tu forma de estar en el mundo, se verá influida. Como dice S. Porges “Story follows State”, lo que quiere decir que la historia (los eventos que vives y cómo los interpretas) viene determinada por el estado en el que te encuentras.


Si por ejemplo te encuentras en un estado continuado y rígido de lucha-huida, no podrás establecer vínculos saludables y nutritivos con otras personas. Tampoco en un estado de congelación podrás mantener una relación social.


No puedes quedarte en un estado de forma permanente, saber cambiar de estado y aprender a regularse (p.ej. primero co-regulándose en terapia), siendo flexible, es el objetivo. Negarnos la capacidad de ser flexibles, es lo que nos mantiene en relaciones poco saludables. Y estar siempre en el estado de calma, tampoco es posible.


Partiendo de esta base, y entendiendo el estado de calma como un lugar seguro en el que relacionarte con otra persona, encontrar qué es lo que te calma y te hacer sentir segura podrá ayudarte en el proceso de encontrar una relación saludable.



Relaciones adictivas


Confundir amor con necesidad de buscar una relación segura, sin conseguirlo, es frecuente. Es común entrar de nuevo en una relación que lejos de ayudarte a regular tu sistema nervioso, te aleja de esto y añade tensión, caos, inseguridad… y esto retroalimenta esa búsqueda de tranquilidad que no llega.


El efecto que obtenemos de esto es de adicción, como una droga de la que necesitamos más y más, porque nunca sacia nuestra necesidad de regularnos.

Regularnos y encontrarnos en un estado de calma, suele ser un objetivo que se busca, pero muchas veces no se encuentra. Sobre todo, si se busca en lugares y personas, que lejos de proporcionar calma, aumentan la tensión sobre nuestro sistema nervioso autónomo.


Y con ello llega la tolerancia, el cerebro se acostumbra a recibir pequeñas dosis de calma (tan pequeñas que no dejan que el cuerpo se relaje) y muchas dosis de estados que el cuerpo recibe como amenaza.



La terapia como proceso sanador


“Por desgracia, las relaciones no terapéuticas no siempre pueden soportar la tarea de desanudar una inseguridad generada en la infancia (la evitación de la intimidad, o la compulsión a unirse y temer ser abandonada). Y las relaciones íntimas pueden verse afectadas por estos estados de desregulación en nuestro cuerpo, haciendo complicada la flexibilidad a la hora de cambiar de un estado a otro (por ejemplo, pasar de un estado de lucha-huida a un estado de socialización-calma). Por otra parte, cuando se busca esa anhelada seguridad sin una experiencia lo bastante amplia en lo que respecta a lo que se busca, suele incurrirse en los mismos viejos errores, eligiendo una y otra vez el mismo tipo de persona que te hace sentir insegura” (párrafo adaptado de E. N. Aron).



Elegir una y otra vez el mismo tipo de relación puede ser una forma aparentemente segura para nuestro cuerpo, ya que detecta más fácilmente lo que ya conoce (lo que le es familiar). Por ello, empezar a indagar en qué es la calma, tanto en relaciones con otras personas, como en espacios físicos, será primordial en el proceso psicoterapéutico.


Si tu cuerpo no se acostumbra a identificar una relación segura y una no segura, es probable que acabe una y otra vez en lo mismo. Para ello, co-regularse (con otra persona, en terapia por ejemplo) y empezar a aprender a auto-regularse, puede ayudarte a identificar dónde te sientes segura y dónde no. Todo esto, para elegir desde la libertad y la consciencia, y no desde el piloto automático.

 




Lara Knaggs


Psicóloga-Psicoterapeuta Humanista Integrativa con perspectiva de género.


Te acompaño a quererte primero a ti, y así poder querer bien.

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